e diel, 17 qershor 2007

Escritores de Venezuela

Alegre, A. Más que alegre, es un vivo. Vive de una revista y una fundación judía. Judíos son sus orígenes. Usualmente de actitud más bien triste. O sea, se hace el bolsa y así ha confundido a muchos.

Álvarez, L. Poeta de escasa poesía, absolutamente desaparecido del panorama nacional desde más o menos diez años. Se rumora que por no poder sobrevivir con la poesía a cuestas, fundó un desarrollo endógeno en algún desconocido lugar del país.

Álvarez, M. A. Presidió la marcha el día que se dijo háganse las poetisas menos agraciadas. Pero su obra es de las más notables y peor tratada por la crítica.

Angola, J. T. Le dicen JT “Pangola”. Actor y poeta que ni actúa bien ni hace versos dignos. El Nazi-onal decidió darle un premio para darlo a conocer. Escuálido rebelde y extremista, integrante de ese grupito de oportunistas llamado el comando de la resistencia. Lo que menos demuestra con su poesía fatua y balurda es resistencia. No le conocemos publicación alguna. Ha llegado la noticia que se reúnen a conspirar en casa de nuestro ex aliado Chacón A.

Antillano, L. Camarada desde niña. Escritora valiente a quien la cuarta marginó por ser poco agraciada. Como si eso tuviera que ver con la obra. Novelista de las mejores y militante consecuente. Le tenemos reservado el Premio Nacional. Soltera empedernida.

Añez, M., A. ¿Vergación, vergación! Es la palabra que más se le escucha a este vago maracaibero que es escritor sin haber escrito ni un libro. Siempre fue jubilado de LUZ, acaba de legalizar su situación.

Arenas S., A. Falconiana, que vive en el Zulia desde que nació. La propia que ha sabido vivir toda la vida de la universidad siendo bastante limítrofe en su IQ. Lo peor de su producción: Rulfo el ternero, publicación de LUZ. Pobre Rulfo y pobre LUZ. Su especialidad ha sido organizar coloquios para invitar a sus amigos nacionales y extranjeros, a fin de mantener su rosca aceitada. Así ha llegado a ser Decana de Humanidades de LUZ. Hace pareja inseparable con Meneses, J., a quien popularmente reconocen como El chulo de la Pomona.

Arenas, E. Licenciado en letras y en hablar pendejadas. Primo de Arenas, A. Lo único que ha hecho en toda su vida en LUZ es repartir libros de los demás. De eso ha hablado en clase siempre, incluso en la época en que fuimos sus alumnos. Se hace llamar promotor, pero no se promueve ni a sí mismo. Lo han aprovechado sus alumnos para vivir a sus expensas. En Cabimas le dicen Mercurio porque siempre dice que lleva un mensaje de alguien conocido y así lo dejan entrar en todas partes.

Arévalo, F. El poeta de la siderúrgica, empresa de la que ha vivido desde que era adolescente. Ha publicado poesía y narrativa, mas ni poeta ni narrador es. Su fama es de beodo calichoso y pedigüeño.

Armas, E. De cuidado extremo esta poetisa heredera de la vena literaria del padre. Nos acompañó un tiempo. Dirige una ong llamada PEN CLUB que está integrada a ese bodrio denominado comando nacional de la resistencia.

Arráiz L., R. Con este “poeta” se nos voló el chiringuito. Es mal poeta, pésimo crítico y peor columnista, pero se ha sabido vender como oponente sufrido de nuestro gobierno. Y se rumora que el ancianato de una Academia lo nombrará académico. Se graduó de abogado sin saber derecho en la universidad Santa María. Es profesor de literatura sin letras. Famoso por fusilarse con frecuencia información de la web, que reescribe en El Nazi-onal como si fuera suya. Seguramente superará a sus mentores J. Liscano. y A. Uslar. Se murmura su filiación con el grupo de Rivera N. y Mondolfi, E. También es protegido de Consalvi, S. Así cualquiera llega a ministro. Aparte de F. Egaña, el ex ministro de Caldera que lo metió en la burocracia. Duro opositor nuestro, ha dicho que esperará con paciencia el 2021 para lanzarse como candidato presidencial. Lástima que no lo hace ahorita para que el comandante lo fustigue. Una amiga del comité central que anduvo con él algún tiempo ha dicho que ama a los fotógrafos y que no quiere a los venezolanos por ser un pueblo inculto que votó por el comandante. Aun así, quiere ser presidente. Su afán es llegar a ser un verdadero mediático.

Azuaje, R. Desaparecido. No sabemos si lo secuestraron o se autoexilió. Lo han visto por Barcelona de España. Apodado “caraevieja” porque al parecer nació arrugado. Preferido de nuestro camarada Balza, J, pero ni él sabe dónde está. Sólo sabemos que tiene una hermana en el CONAC que no era nuestra pero ahora sí dice que se pasó para la camaradería.

Baptista, C. Trujillano que se hace pasar por argentino. Otro más que hizo nido en Trujillo, experto bolerista o bolestero, especialista en bolas. Poeta sin poesía, ensayista sin ensayos. Atrocidades que sólo soporta la literatura de Venezuela.

Barrera, A. Telenovelista escuálido de El Nazi-onal. Forma parte de la rosca de Rivera, F. Ganó un premio en España y eso ha sido suficiente para que lo conviertan en el símbolo de la antirrevolución. Se salva porque lo protege el camarada J.V.R. Perteneció a la juventud cristiana.

Barrera, L. Otro que no se sabe cómo, también ha sido camarada y protegido de Marcos Miliani. Fue becario Mariscal de Ayacucho de la cuarta. También se le ha vinculado con el grupo de Balza, J. y con la mafia de Nava, M. en Mérida. A veces se junta con escuálidos del comando de la resistencia. Ha escrito novelas sin novedad.

Barreto, H. Ok. Fichado.

Barreto, I. Poeta y ganadero profesión. Su nombre se hizo famoso en los noventa al aparecer en una lista de deudores morosos de Bandagro, foco de corrupción de la cuarta, vinculada a un ex sindicalista adeco. Nunca pagó el crédito pero su poesía trascendió esa minucia económica. También figura en la lista de los escritores sospechosos a quienes tenemos en permanente vigilancia, nunca sabemos cuándo se va a pasar para el otro bando, como hizo el 11 de abril de 2002. Sólo que supo regresar y su protector en el gobierno, J.V.R, lo libró de culpas y le consiguió de nuevo el cargo que tiene en el museo Jacobo Borges.

Bellorín N., L. F. Este supuesto camaradita se hace llamar el poeta urbano. Pensábamos que Urbano era su nombre, pero no, es que se hace llamar así. De cuidado, medio oportunista, pide más que un manco en la autopista y devuelve muy poco. Libro: detrás de la luna. Y bien detrás, por favor.

Bermúdez, S. En reparación. Vive en Cabimas. Pura paja.

Blanco C., R. Este señor con anticuada pose de los años sesentas es profesor de literatura, y mejor la iría si no se atreviera a escribir textos tan fuera de sitio como Una larga fila de hombres. Se le vincula a la mafia del niño Vegas, F. y a la de Kozak, G., con quien vive en pareja.

Bravo, V. Escritor argentino nacido y (mal)criado en Mérida. Editor de sus mejores amigos. Biografió a José Gregorio Hernández; enfureció cuando con esa biografía le negaron el premio Planeta hace unos cuantos años. No parece escritor sino relacionista público. Lo único que destaca en él es que lo que escribe tiene diez citas en cada diez palabras y no lo entiende nadie. En la ULA de Trujillo lo apodan El tentáculo.

Britto G., L. Compatriota , camarada y compañero inseparable de luchas. Ya le dimos el Premio nacional, le tenemos reservado otro. Es lo mejor que tenemos en literatura revolucionaria. Sólo le critican algunos camaradas que siempre repite los mismos chistes.

Bruni C, B. Es médico y no muy bueno, No es escritor. Pero se cree. Familia de los famosos Celli valencianos. Sáquenlo por ahí.

Bustillo, C. Es la misma Vincenti, C, pero con apellido nuevo. Novelista bastante fallida de la oposicionista ong Pen Club. Integrante del grupo Las beodas. Nada ha publicado que valga la pena mencionar aquí. Es de Maracay.

Calzadilla, J. Loco le dicen, pero es camarada incuestionable. No es narrador ni poeta. Dirige talleres, se nacionalizó francés de los años sesenta.

Capó, B. Nos equivocamos. Esta no es una lista de cantantes cubanos, aunque debiera serlo. Viva Carlos Puebla.

Casanova, E. Amigo de R. Betancourt y de A. Uslár. Escuálido que vive de sus amistades. Habita en la ciudad de Mérida, donde nadie lo quiere por no saber a que atenerse. No llegó a nuestra mesa ningún título suyo. Es oriundo de Pamplona, Colombia, nacionalizado venezolano.

Castillo Z, R. Poeta del grupo Guárico. No puede ser más insoportable como persona ni como profesor. En la escuela de letras de la UCV se le conoce como “el ovicida” debido a su reputación con las chicas desde que era estudiante. De su poesía sólo se ha salvado del olvido la plaquette “Si yo jugara lotería hubiera sido rico”, publicada por los ex-camaradas del Frente Cultural de Letras en 1979. Aunque es declaradamente escuálido, ha logrado mantenerse bien con el gobierno y con la oposición.

Castillo, L.F. Un estudiante de letras que se identificó como integrante de un grupo llamado Rulemanes pidió en el más reciente encuentro de estudiantes venezolanos de letras la creación de un reglamento que obligue a las escuelas a justificar las contrataciones que hace de los profesores. Y lo decía porque argumentaba no tener explicación para que la escuela de letras de la ucv hubiera contratado al señor Castillo como profesor. Poco que ver con la literatura y menos con los modos de dar clases a estudiantes que sí saben de letras. Es el escritor que vive de “El placer de la falsificación”, como se llama el único libro que le hemos localizado. Casi un me culpo de la manera en que ha logrado filtrarse en el mundo de la literatura sin saber nada ni de escritura ni de literatura. No es compatriota, pero se atrevió a pedirnos una beca para ir a México. Tenemos cuidado en la selección de quienes quieren darnos apoyo.

Centeno, I. Se ha considerado el escritor más acosado por el comandante. Y ni siquiera sabemos quién es. El Nazi-onal lo premió con un cuento que parece escrito en los años cincuentas.Nació en Tinaco, pero se crió en Tinaquillo.

Chacón, A. Ex aliado que estuvo con nosotros hasta el año pasado. Poeta de obra mediana pero decente. Especialista en el grupo orígenes, formado por poetas cubanos camaradas. Tiene una cojera muy bien disimulada. Dicen que no hay peor castigo que escucharle una disertación.

Chapman, J. Es camarada barretista. Malo que se haya conformado con escribir un solo cuento. Tan sortudo que hasta ganó un concurso, aunque no recordamos cuál. No está en los archivos ese cuento pero el compatriota Chapman sí. No se dejó enfermar por el dinero de la publicidad, bien por él.

Chirinos, C. Se hace llamar el Quiriminduña. Nadie escribe tan enredado como él. Nadie habla tan enredado como él. Nadie es tan raro como él. Se sabe que usa un sombrerito de cogollo cuando está enojado. Es coriano de Maracaibo y vive de la LUZ.

Chirinos, J. C. Hermano del anterior. Nada, especialista en plagios. Lo protege Balza, J. Lleva más de quince años haciendo un curso de postgrado en Salamanca.No tiene obra escrita pero hasta aparece en antologías. Cuando era niño le decían el negrito de la quebrada. Secretario General de ASOFEOS.

Chirinos, O. Camarada desde los años sesenta. Falconiano, de la sierra donde se escondía la guerrilla, el mismo lugar que hizo célebre a Antonio José Urbina, legendario pistolero gomecista. Escribe y publica mucho y nadie lo lee. Marginado antes, ahora es consentido de las editoriales Monte Ávila y El perro y la rana. Con razones suficientes, aunque algunas le han criticado sus oscilaciones ideológicas. No hemos podido convencerlo de que renuncie a alguna de las dos jubilaciones de que goza: una por el MINCI y la otra por la Universidad de Carabobo.

Chocrón, I. El judío errante de la revolución. Extraño y raro ejemplar de la cuarta, teatrero y dramaturgo de segunda aunque El Nazi-onal no se cansa de promoverlo. Profesor sin pedigrí. Si alguien ha escrito una novela aburrida y detestable en el país es él.

Churio, C. L. Vive en San Carlos. En preparación.

Consalvi, S. El célebre amigo de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, ha sido el propio escalador de la literatura de Venezuela. Autor de un horrendo libro de cuentos. Redacta cada día los editoriales del El Nazi-onal. Anduvo en conversaciones con el comandante, mediado por Luis Miquelena, el traidor, pero como no consiguió nada, se volvió a su nido adeco con el rabo entre las piernas. Fue canciller en la cuarta, aupado por la proceresa Doña Blanca Ibáñez.

Coraspe, T. Fue el nombre de una ama de casa que alguna vez quiso ser poetisa. Adeca hasta los tuétanos. Guayanesa, amiga de los Sucre Figarella.

Cordoliani, S. La ex de Arráiz L., R. en monte ávila cuando no era de todos. Escribe desde las ventanas. No convenció a la crítica, pero ha sido consecuente con nosotros. Es mejor editora que narradora. Será por eso que no baila pegao ni come sancocho en tutuma.

Cracco, L. ¿Qué fue de su vida?.

Cuartín, P. Este profesor trujillano tiene un libro que se llama animales del solar. Verdadero animal de solar es él mismo porque no ha logrado pegar ni uno solo de sus libros de poesía. Tiene fama de mala paga en los bares de Valera a donde acude con frecuencia. Porque además, bebe como un verdadero animal del solar.

Dabar S. La literatura venezolana se quedó pálida el día que este escritor argentino de Tucuman habló en la Casa de América, Madrid, España, en un foro que se titulaba “Así somos los venezolanos”. Era curiosa la charla de aquel sujeto hablando sobre los venezolanos con un innegable tonito argentino. Es considerado escritor nacional por la rosca de Rivera, N. y Arraiz L., R., pero no se le conoce libro publicado alguno. ha llegado a ser jefe máximo de El Nazi-onal, hasta el presente.Jefe de campaña de Miguel Enrique Otero cuando fue candidato a alcalde de Caracas. Es hombre de tenerle cuidado, un día de estos lo veremos en el ministerio de la cultura sin darnos cuenta de que es quinta columna de Consalvi, S. Lo tenemos vigilado pero...

Del Re, A. M. ¿Escritora? ¿Poetisa? ¿Vividora? De ella sólo se sabe que ha pretendido escribir versos desde hace unos cuarenta y dele años. Sí, en efecto, es de muy avanzada edad. Nunca supimos de alguno que fuera digno de algún reconocimiento, aunque sí hemos sabido por uno de nuestros corresponsales líricos que no hay concurso literario de poesía donde no haya enviado sus páginas desde los años cincuentas. Casi anónima.

Delgado S., I. Camarada y compatriota. Cuentista y novelista. Anda desaparecido y no sabemos si porque ahora tiene dudas o porque sigue en el extranjero. O porque ha sido convencido por el otro Delgado, el que no se cansa de decir públicamente que nuestro comandante está perturbado de la cabeza. Pero de verdad, lo único que le hemos criticado en las reuniones es su cercanía con el escritor escuálido Balza, J. Más nunca escribió en El Nazi-onal, nunca supimos si se fue o lo fueron por revolucionario. Mejor si fue lo último. Camarada que desciende de camarada es doble camarada.

Echeto, R. Pocos escritores del patio asumen más actitud de “escritor e intelectual” que este recién salido de la golpista ucab. Se le considera une injerto entre Raymond Carver y Stephen King. No tiene empleo fijo porque ha dicho en la prensa que su meta más preciada es dedicarse a la literatura, con lo que quiere decir que será un mantenido durante toda su vida. De soltero lo protegieron sus padres, ahora no se sabe quien lo hace. Considera que si un cuento no contiene groserías está incompleto. Se le ha ido el tiempo en una insulsa página web en la que lo más resaltante es que cada vez que inserta un post recibe las loas oleaginosas de su excompañero de estudios, Chirinos, J.C., a quien Echeto apela como “Máster”. Ambos no dejan de ser chicos amateur del escualidismo local cuyas poses de intelectuales de los años sesenta los sepultará.

Fihman, B. El cuentista periodista cocinero que dejó todo para irse a temperar en su flat parisino. Escuálido. Menos mal que se marchó.

Fleján, S. Se hace llamar a sí mismo el Stephen King de la narrativa local. Bastante pedantón en su escritura, no sabemos si es escuálido o revolucionario, pero echa buenos chistes en lo que ha publicado. Nos agradaría que estuviera de nuestro lado. Un blog lo señala como gago, pero eso nos interesa poco.
Franco, M. Compatriota que además de radiodifusora de la revolución bolivariana es novelista y escribe cuentos para niños. Bien por ella porque, aunque a veces parece recordar sus veleidades por su antigua militancia en el MAS.

García R., G. Véase Rivas, R.A. su concubino y quien logró incluirla como coautora en algunos de sus libros, que tampoco son propiamente de él. Viven del conac, pero son de la opo.

Gaspar, C. Húngara o Búlgara como Jerendas, J. Lo verificaremos en próxima revisión de este inventario. Su ficha dice que ha sido profesora de arte de la ucv. No sabemos de qué trata su arte. No ha habido persona en el país que escriba más complicado y con más ínfulas que ella. Nos han dicho que es solterona y la verdad es que se entiende si atendemos a la fotografía que nos enviaron. La lucidez poética es su primer libro. Ni tiene lucidez ni es nada poética. Más bien oportunista y jalabolas principalísima del camarada Britto G., L. La aceptamos porque él la apadrina. Qué gusto.

Gerendas, Y. Judía de origen Búlgaro. La llaman la llorona de la tierra de nadie por su particular tono de voz, que por cierto desesperaba al profesor Rivera, F, de la misma escuela de letras de la ucv. Sinceramente nunca estamos seguros de si es nuestra o de la oposición. No se deja descubrir, pero su cara pitufa ha hecho que algunos camaradas de la cultura confíen en ella. Igual la hemos tenido desde hace poco en observación. Cuando la mandamos a Salamanca, fue la torta y hasta logró escaparse de viaje a Sofía, su ciudad natal, dejando al grupo sin profesora.

Gomez, M. En la escuela de letras le decíamos el garimpeiro. Hijo de portugués de abasto, dilecto de Rivera, F, quien le consiguió la beca para irse al extranjero. Desde por allá habla mal de la revolución. Así cualquiera.

Gómez B. I. otra que desapareció. Buena narradora era. Pero al parecer dejó de serlo.

Goyo, E. Músico frustrado que por saber nada ni de música ni de literatura prefirió el camino de volver profesor de esta última. Detenta una detestable columna que no sabemos porqué ha logrado deslizar hacia nuestra ilustre publicación Todos adentro. Nadie afuera ha conocido un libro suyo aunque aparece reseñado como escritor nacional en el libro gordo ·escrito” por Rivas, R.A y Riera García, G.

Guerra, R. No sabemos si siguió escribiendo. Lo recordamos porque fue empleado del conac de la cuarta. Su avatar es desconocido como su primer libro.

Guerrero, G. El dandy de la cultura local. Balza, J. una vez lo denominó en una entrevista para Panorama el galarraga de la poesía venezolana. Porque sus versos excedían la cerca del estadio del ridículo. Renunció a la nacionalidad local para hacerse francés. Vaya pedantería.

Gutiérrez, A. Nada que decir, le dicen el poeta de la generación bit. No localizamos ningún libro suyo. También fue protegido de Marcos Miliani, pero nunca entendimos su posición. Podría haber sido un buen camarada. Creemos que se marchó del país. Lo han visto por los alrededores del imperio.

Guzmán, P. Chévere. Buena. Magnífica persona,. Muy mala poetisa. Escuálida.

Hernández C., L. J. De Trujillo pero deshonra el gentilicio con su tozudez y escasa información acerca de la literatura. Teórico indigesto y decadente, lo único que le agradecemos es haber escrito sobre el poeta Carmona, aunque nadie del comité local trujillano entendió aquello.

Herrera, E. Lo tenemos como nuestro, sin ambages, pero siempre se ha murmurado en la escuela de periodismo de la ucv que jamás dio un clase, por lo que fue un eterno jubilado o enfermo de las venas yugulares. Aspiro ser rector de la ucv en época de la cuarta y sacó menos votos que Borregales en los sesentas. Es diputado y sabemos de sus debilidades con los traidores del PPT, pero hasta hoy ha dicho que sí a todo lo que dice el comandante. El mismo dice en las reuniones con los compatriotas que participó en las guerrillas de los años sesentas pero nadie, ni vivo ni muerto, ha testificado su presencia en esa lucha. A lo mejor sí.

Hurtado. R. Crítico y poeta de las nuevas promociones. Estudiante de letras. Todavía sin obra. Ok. Fichado.

Ibáñez, S. Aunque se le acusa de ser sobrino directo de la esposa de Jaime Lusinchi, lo tenemos como camarada de la patria. Le tenemos reservado el Premio Nacional. Bueno, buenísimo, fue sacerdote. Ora por nosotros.

Infante, A. Lo ubican entre los ni-ni en la revolución. Le hemos puesto varias pruebas pero se hace el parnasiano, zona de la ciudad capital de donde procede este extraño escritor Su única virtud como cuentista, el silencio. Es periodista y padece de angina de pecho desde niño.

Isea, A. Maracucho que se presenta como gringo. Hablador de pendejadas con aires de sabelotodo. No vale la pena incluirlo aquí, por eso lo omitimos.

Jablón, S. Mejor debiera llamarse “Jalón” por todo lo que le ha jalado a la gente de RCTefuiste. Mal narrador y pésimo guionista de ese adefesio llamado Radio Rochela.

James, M. Poeta oriundo de Trinidad. Mal visto por la sociedad local por ser de pocos recursos, afrodescendiente y además adicto a ciertas sustancias que incluso lo han conducido a largas reclusiones hospitalarias. Mismo caso de Rojas Guardia, A. Detenta una pensión equivalente a la del Premio Nacional de Literatura otorgada por el gobierno bolivariano. Bien hecho.

Jiménez E., E. Hermano de GJE. Tranquilo y sin nervios. Cuida la militancia de Yaracuy y Barquisimeto.

Jiménez E., G. Es curioso, porque cuando s emborracha se le sale el barquisimetano y comienza a hablar mal del comandante. Nos contaron que escribió unos puentecitos de cinco líneas, pero no nos dieron el título. Lo acusan de oportunista en el comité, pero hasta hoy ha hecho todo lo que se le manda. Hasta ha hablado mal de la gente de la cuarta que le financió la revista. Eso sólo se puede llamar fidelidad al proceso, por eso le creemos.

Jiménez, M. Compatriota y camarada, hija del compatriota Porfi. Ya no hallamos dónde ubicarla porque le gustan los cargos públicos pero sus empleados no la soportan. Buena poetisa, eso sí.

Jiménez, U., A. El único escritor que se ha confesado como militante de la derecha venezolana. La peor lengua del continente. Marginado en Mérida. Se dedica a escribir epitafios para las tumbas del cementerio de Ejido. De eso vive. Y de no hacer su trabajo en la ULA. Es de la mafia de Quintero, E. (a) El quintico, y del grupo chupasangre de Nava, M.

Kozak, G. Ok. Fichada.

Lázaro, M.L. Nada que decir sobre ella, sólo que ha sido pareja de varios escritores nacionales y argentinos y de esa manera ha logrado publicar sus novelas. Escribe para niños como si fuera para ancianos.

López O., A. Gerente cultural que estuvo con nosotros al comienzo. Hombre de obras. Tiene alma de pulpo nacional e internacional y publica por lo menos tres libros cada año, desde 1976. Escribe contra el comandante. Forma rosca cultural con Quintero, E. y Dabar, S. No fuma, pero vive de lo que fumamos los demás. También ha sabido meterse en varias roscas internacionales con colombianos, gringos, argentinos y mejicanos.

López, S. Poeta, usted sí que ha sabido vivir de la poesía sin salir de su casa. Camarada irreductible. Lo malo es la esposa, no le tenemos ninguna confianza en el comité.

Machado, W. El poeta de Mérida. Camarada después de habérsele pedido varias pruebas de su fidelidad. Apadrinado por el compatriota M.M. se había decidido darle algo en una embajada. No sabemos que haya ocurrido, pero ya se lo merece. Desconocemos si ha escrito cuento o novela, pero lo nombran como escritor. Por eso aparece aquí.

Malaver, R. Otro camarada más que se formó en el mundo imperialista de la publicidad y el mercadeo, pero ha sabido rectificar. Cuentista sin cuentos publicados. Hace para la revolución un programa en la tele que a veces pensamos que es mejor que no lo haga. Lo único positivo es que compensa la poca gracia y escaso humor del también camarada R. Hernández. Es también gerente del seniat, profesor a tiempo completo de la ucv y gerente en VTV. Tiene horario de 24 horas y ha demostrado absoluta fidelidad. En los cargos lo ayuda su esposa, también compatriota a quien tenemos infiltrada en Banesco.

Mandriyo, C. El guabinoso. Estudió en USA y fue copeyano hasta que llegó Chávez. Ahora es gran gurú de la cultura bolivariana, pero los amigos del MVR no le tenemos mucha confianza. Perteneció por mucho tiempo a la rosca de otro zuliano, Castro, J.A., hasta que éste cayó en desgracia y tuvo que mudarse a Mérida por motivos relacionados con la gobernadora del Zulia, su esposa escuálida. De Mandriyo se rumora en LUZ que ha pasado más de treinta años sin estar realmente allí y no ha dictado más de treinta horas de clase en todo ese tiempo. Fue Director del teatro Baralt de Maracaibo y puso una torta y media. Se confiesa compatriota y hasta lo hemos obligado a escribir artículos a favor de la causa bolivariana, pero…

Márquez R. A. Omitido por orden del comité. Le dicen presidente de ASOFEOS, compite con el camarada D. Maza, pero éste sí es nuestro. Mide a sus camaradas y enemigos con la lengua más larga que ha tenido la literatura local. Ya no lo recomienda para nada el poeta Fernández Retamar.
Márquez, L. No vale la pena gastar tinta en quien sólo copia chistes malos y los repite.

Márquez, M. Poeta importante para nuestra revolución. Hizo estudios en la pontificia ucab, sin poder concluirlos debido a su participación en la lucha armada de los sesenta, experiencia que fraguó su personalidad revolucionaria y que mantuvo oculta hasta la llegada del comandante. Maneja muy pulcra y comedidamente mente quince millardos de bolos que anualmente le asigna el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y las Artes para la publicación de los libros de La Rana y el Perro. Bravo, poeta.

Marta S. J. Este poetica portugués si es verdad que se cree la aceituna que corona el martini. Poco eficaz como poeta y muy eficiente como relacionista público. Perteneció a la izquierda cristina que militaba en el MAS, con Ramón Prosperi como su jefe político. Escribió una antología en la que sobresalen sus amigos escuálidos.

Martínez, I. Por esas calles habremos de verlo alguna vez pidiendo cacao y cargos. No le arrendamos la ganancia. Casó con la gorda Vásquez, M., pero en el divorcio aquélla le dejó solo las faldas y varias deudas.

Meneses, J. No es descendiente de Guillermo Meneses, como él mismo ha pregonado. Nada que ver. Su gran mérito literario ha sido arrimarse al ala amorosa de Arenas S. A. y vivir con ella. En su edificio lo apodan El Chulo de la Pomona.

Miranda, R. Poeta revolucionario que vive en Guayana. Hasta la victoria siempre.

Montejo, E. El poeta de la diplomacia. Portugués de origen hace pareja indisoluble con Cadenas, R. No está mal su poesía pero forma parte del comando nacional de la resistencia, con ese artífice caprilista de la cuarta que es Antonio Ledezma.

Mosca, S. Mosca con esta señora, exesposa de Morón, G. y de Enrique Hernández, el poeta vagabundo y vividor de la cuarta y de la quinta. Vive en el imperio y se ha rumorado en nuestros predios que piensa quedarse si sale del cargo. Pocos la citan como parte de la literatura nacional porque le temen a sus juicios severos y a su ardiente sangre peninsular. Se ha arrimado a nosotros, a través de uno de nuestros vicepresidentes, pero no termina de inspirarnos confianza. Hasta ahora la hemos utilizado muy bien, no como escritora sino como datera.

Nava, M. Oriundo de la Cañada, Zulia. Trabaja en Mérida y vive de la ULA. Se murmura que es cuentista, pero hasta ahora no se le conoce el primer cuento. Parece familia de Arenas, A. en eso de preparar eventos para constituir mafias de amigos que los inviten al extranjero.

Navarro. A. A la sombra de JB y CN desde sus días grupales en la EP. Algo así como el verdadero escritor que sólo tiene nombre y amigos que lo nominen. Asistente personal de ambos. Ni un libro publicado en más de treinta años. Nunca sabremos dónde está parado.

Nazoa, C. Vaya sujeto, ni sombra de lo que fueron el padre y el tío. Chistoso pero muy malo en eso, nada más. Vive de los derechos de autor de papá Aquiles.

Nieves M., J. Aquí se acabó el combustible de la pedantería joven e inmadura. Este niño se cree la propia pepa de Biliquín, como decía mi abuelo cañadero. Poca obra, por cierto publicada por el mismo y mucho chicle mal digerido. Huele fo este gordito insoportable.

Novillo, M. Esta poetisa sí es verdad que ha medrado para que le publiquen sus libros. Pocos logros. Vive en Mérida. Publica en ninguna parte. Un autor cubano-venezolano la incluyó en alguna oscura antología que se publicó en los ochenta del siglo pasado. Perdió su tiempo (el antologista) porque la Novillo no le dio ni lo que esperaba ni las gracias).

Ocío, R. Periodista de la ultraderecha local. No sabemos por qué aparece ubicado entre los nuevos escritores si lo único que ha publicado es un libro fiambre que se titula El horizonte perdido. ¿De dónde salió?

Octavio M. A. dama de la oligarquía caraqueña que escribe con verdadero “Exceso de equipaje”, como se titula el libro de otra compañera suya. Es más madre que escritora.

Ordoñez, M. Todo lugar fue uno de sus libros. Autobiográfico. De todo lugar despareció.

Oropeza, J. N. Oro pesa este ejemplar valenciano nacido en Barinas, que se cogió para él solito el Ateneo de Valencia, hasta que decidamos nacionalizarlo. Escribe cosas que no entienden ni sus personajes. La literatura da para cualquier cosa, pero aquí peló el pedal. Le gusta la carne de puerco. Es porquerizo.

Ortiz, C. Mejor poetisa hubiera sido si no se dedica tanto a otros vicios perversos como el cigarrillo. Poca obra y mucha bulla. Mafafera.

Ortizpozo, A. Llegó de Chile en los setentas, con todos sus diplomas “confiscados y quemados por la dictadura. Allá escribía crónicas. Aquí se dejó de eso y dedicó su oficio a la pintura. Se dice camarada, pero no lo es.

Osuna, W. El auténtico poeta de la revolución. Trabajó durante la cuarta en el Ministerio de Fomento y desde allí construyó su poesía revolucionaria. Camarada que dirige A PLENA VOZ. Fue comandante guerrillero urbano, tiene porte de camarada de la disip.

Ott, G. Otro teatrero de los nuestros, aunque no convence al público con sus obras dramáticas. Es fijo en el mercado de los peruanos, los días sábado, en quebrada honda. Solterón, pero firme.

Pacheco, C. Nada próximo a José Emilio Pacheco. Este profesor malencarado forma parte de ese adefesio que dirige A. Ledezma llamado “el comando de la resistencia”, un club de atrasados que nunca quemaron un caucho y ahora juegan a guarimberos. Fue copeyano de la cuarta. Ensayista sin ensayos, le conocemos un librito sobre los dictadores. Aliado de el Nazi-onal en sus campañas contra el ministerio de la cultura.

Padrón, L. Descendiente de don Julián Padrón pero con muy poco de su coraje. Confunde las telenovelas con la poesía, que por cierto la suya es bien ramplona. Es lo que el camarada Herrera, E. llama un “poeta mediático”, o sea, construido por los medios. Su libro El amor tóxico produce alergias similares a las del ántrax. Quiere ser locutor con un timbre de voz que no le da ni para buhonero del mercado Conejeros en laisla.

Palacios, J.L. De él sólo se sabe que tiene un alto puesto en la USB y que ha sabido usar su autoridad universitaria para que lo entrevisten y le pregunten qué piensa de la literatura gringa. Nada que valga la pena debe haber escrito porque buscamos y buscamos y no hemos conseguido ni un libro de él. Aparece aquí por recomendación de una camarada que nos asegura que sí es escritor y le creemos.

Palacios, M. F. Le dicen Mafer, que viene de Mafia. Y eso precisamente es lo que logrado constituir desde tiempos inmemoriales en la escuela de letras de la UCV. Un libro importante: la biografía de Teresa de la Parra, que es casi como la suya misma, con cambios de nombres, tiempos y lugares. Sus clases fueron interesantes cuando era joven., pero dejó malear su discurso por el del poeta Sucre, G. bajo cuya ala ha logrado reforzar su participación en la literatura. Le dicen “poeta” pero nada se le conoce en esa área. Su mayor complejo: alguien le dijo que era bella. Nunca se percató de que la única mujer bella que ha dado la literatura de Venezuela es Albanella Suárez, quien por cierto nada ha publicado. Sólo la conocimos porque el poeta trinitario James, M., con quien hizo vida amorosa durante algún tiempo,le dedicó algunos poemas y la incluyó en el título de uno de sus libros.

Pantin, Y. Vive de las pequeñas glorias obtenidas con el Grupo Guayre al que apadrinó Liscano y de las dádivas culturales que le consigue su poderosa hermana como ejecutiva de la golpista Fundación Polar, dedicada a distribuir cultura a punta de cervezas y harina de maíz trucada, con sorgo molido y aceite comestible complementado con aceite de palma (cancerígeno). Se las ha arreglado para hacer poetisa internacional sin muchos méritos. Su peor obra, Casa o Lobo. La mejor: ninguna.
Peláez, J. M. Seguro está el infierno, seguro. Mató el tigre y le dio miedo el cuero este profesor de la ucab.
Peña, E. Vaya, vaya, Cuando te vayas. Ése es el título de uno de los libros que mejor le cuadra a este extraño sujeto cuya ubicación ideológica es tan ambigua como su afición al cuento. Escribe cuentos y novelas como si fueran piezas dramáticas. Y escribe piezas dramáticas como si fueran cuentos y novelas. Mayor confusión de géneros no podría haber. Pero publica y consigue cupos en editoriales reconocidas. Dadme una palanca y moveré el mundo. Arquímedes.

Pereira, G. El machete le decimos en el comité. Ya le dimos el Premio Nacional, lo estamos puliendo para el Víctor Valera. Nunca antes fue bolivariano, pero ha sabido portarse muy bien con nosotros. Bravo, poeta.

Pérez, F.J. En todas partes como dios, en todos los frentes como Patton, en todas las curiaras como Gastón Guisantes. No sabemos cómo hace pero sabe bailar con la catira y la trigueña. Sin embargo, no es de fiar, es candidato a la academia junto con su carnal Arraiz, L, R., el hijo natural y desheredado de aquel señor que sembró el petróleo y desenterró la yuca.

Perozo Navega, B. Le dicen Blas Perreroso. Oriundo de Mérida. Coñacero de profesión (ha golpeado a todas sus esposas) y coñaceado (le han dado más palo que a un puerco en diciembre). Es célebre su famosa riña por faldas en el teatro Baralt con Mandriyo, C. Todos la vimos en Maracaibo. Terminaron tirándose baldes de agua putrefacta. Se dice camarada, igual que Mandriyo, pero zape con los dos.

Piano, B. Más nunca supimos de ella, desde que el compatriota merideño Jiménez U., A. reseñó uno de sus libros y dijo que se trataba del “peor libro del mundo”. ¿Dónde mora el piano de tan bárbara escritora?

Policastro, C. Nadie conoce su verdadera edad porque varía en los distintos documentos que registran su nombre, que no son muchos tampoco. Esta señora de alto ganso es dialoguista de telenovelas y dicen los entendidos que no hace bien ni eso ni lo otro, las novelas que ha publicado. Su última fue Mujeres de un solo zarcillo. Nunca se entendió lo que le quiso decir.

Pradelli, G. Natural de El Manteco. Un libro suyo ha sido prohibido por el gobernador de Guayana. Por meterse con la empresa ferrominera, de la que ha vivido desde que era un niño y lo llevaban a recitar en el auditorio de la misma. No es de confiar. Colega de Arévalo, F., en la ferrominera.

Puerta, J. Camarada encapuchado de la ciudad de los Salas. ¿Dónde anda?

Pulido, J. Camarada de pelo blanco, hasta la victoria siempre. En preparación.

Quintero W., J. Marabino de Maracaibo. Maleconero del malecón, como los personajes de su primera novela. Novelista de los mejores y más marginados del país. Compatriota y camarada. También lo tenemos en la lista de espera del Premio nacional.

Quintero, E. apodado Quintico porque no ha fallado en todos los quintos que se ha jugado en la lotería literaria venezolana, de la cuarta y de la quinta. Mayor en agallas que Balza, J. El chino de los escritores locales. Fastidioso como él sólo, ahora se siente nipón de origen, antes ha sido Merideño, mexicano, español, pero curiosamente nació en Pampanito, estado de Trujillo.. Apodo preferido: Cabeza de cabra. Enroscamientos: grupo López O., A.-Sambrano, G., Pantin, Y.

Ramírez, A. Un animal de lujo como el título de su primer libro. Es maracayero.

Ramírez, G. Hijo de célebre funcionario de Acción Democrática que supo vivir de los gobiernos de CAP y luego poner a su hijo a vivir de las ganancias del camarada Juan Barreto. No es de fiar y el camarada Barreto lo sabe. En el MVR lo tenemos vigilado permanentemente porque se reúne en un café de Los Palos Grandes con mucha gente que está contra el gobierno y es de dudosa reputación. También pertenece al grupo de los poetas reconocidos sin poesía escrita. Lo enviamos a Cuba en una misión de trabajo y en la primera borrachera comenzó a despotricar del comandante. Inmediatamente el embajador nuestro pidió su regreso al país. Está en cuarentena ideológica, pero también en la revolución necesitamos sujetos con techo de vidrio.

Rattia, R. Ok. Fichado.

Rivas, R.A. Tachirense y aprovechador. Protegido por el camarada pintor Marcos Miliani, nexo que logró a través de su primera esposa, Lya Bermúdez, prima de su mentor. Es otro de los escritores de catálogo pero sin obra, pues la totalidad absoluta de los libros que llevan su nombre son bibliografías de lo que han escrito otros autores o listas de nombres catalogados. Estudió en USA sin aprender inglés.

Rivera, F. De quien nadie ha vuelto a conocer su paradero. Célebre por sus fastidiosas clases de fonética en la escuela de letras de la ucv. Ostenta el record de ser el único cuentista nacional que jamás publicó un cuento y aún así lo incluyeron en varias antologías, entre ellas la de Balza, J. y R. Mancera. Se dijo alguna vez que había ganado el concurso de cuentos de El Nazi-onal, pero se lo negaron al saber que se trataba de él, por su conocida enemistad con Miguel Enrique Otero Silva.

Rivera, N. El “poeta” más destacado del grupo Tráfico. Eso lo llevó a dirigir el Papel Literario de El Nazi-onal y a asesorar a la ex del presidente Chávez, María Isabel, en las campañas de imagen. Tiene una empresa de Relaciones Públicas y se dice Comunicador aunque nadie ha visto su título. Es librepensador y no ha escatimado trabajo para acomodar sus círculos de amigos en el mundo cultural de la cuarta y la quinta. Es parte de la rosca de Arraiz L. R. y Dabar, S.

Rodríguez, J. E. Este singular obrero textil publicó un importante libro (El retorno) y desapareció del panorama literario local. Nos confesó que nadie más quiso publicarle un segundo libro y por eso se dejó de eso.

Rojas G., A. Poetiso con película incluida. Con la excusa de las depresiones que cíclicamente sufre cada dos o tres años, ha sabido vivir de todos los gobiernos de la cuarta y de la quinta. Tiene hasta pensión de Premio Nacional sin serlo. Bien que ha sabido usar el ser descendiente de su padre.

Rojas, L.A. Escuálido copeyanísimo y vanitatis que ha demostrado muy bien cómo ser premiado por la APULA sin ser escritor. En su tierra natal le dicen el roba cuentos.

Rosas, A. Posiblemente sea el único escritor venezolano que tiene porte de funcionario del CICPC. Nada más podemos decir de él, aparte de que es de Juangriego, isla de Margarita y que por mucho que escriba nadie lo conoce. Lo “descubrimos” en una semana de la narrativa urbana.

Ruisotto, M. Ex- del camarada A. Martínez, quien sin saber lo que hacía la metió en el mundo de la escuela de letras (UCV). Poetisa, feminista y docente que aun jubilada y dando clases de literatura brasileña en USA, no ha logrado publicar nada que sea destacable en un diccionario como éste. Su mérito más importante: italiana con pasaporte brasileño. Nunca se ha considerado escritora venezolana.

Salas, M. C. Le dicen la poetisa de la Universidad Nacional Abierta. Gracias a ella, esa universidad puede decir que cuenta con alguien de valor entre sus profesores.

Salazar, M. Ardentía, como el título de su único libro, es lo que lleva por dentro esta impresionante yegua de tamaño grandote. Oriental de origen, es poeta, medio maluquera pero poeta de la revolución, es poeta aunque no verse muy bien.

Salazar, R. Dice que es músico, pero no toca ningún instrumento. Las letras del único aguinaldo que se le conocen es tan burda como lo es su personalidad de adulante. Alguna vez el gobierno de la cuarta le financió un disco y el sujeto mostró su cara al querer que el propio gobierno le comprara lo que le había financiado. Dice que es camarada pero a la hora de los apuros como el del 11 de abril corre y se pone del lado del que va ganando. No inspira confianza al comité. Cada año compra un cuaderno alpes y comienza a recoger firmas él mismo entre sus “colegas” para que le demos el Premio Nacional de Cultura Popular, pero… ya conocemos al personaje. Lo premiamos enviándolo a Cuba a curarse de un mal que le dio y desde allá nos llegaron noticias sobre su conducta confusa y sus vínculos con el mafioso grupo Roraima. La única que cree en él es su esposa, que por cierto también ha pasado toda la vida chupando del CONAC de la cuarta y de la quinta, pero siempre ha estado por debajo de cuerda con los adecos. Y también coquetea con el la Causa R de Velásquez. Vaya pareja. La revolución debería depurarse.

Salima, P. Ok. Nada que decir sobre él. Perseguido por Morel en la isla de Margarita.

Sandoval, C. No se sabe si va a ser crítico, cuentista o profesor. Sus amigos lo llaman el misterioso por su extraña actitud de ser ideológicamente difuso y enredadísimo cuando habla. Nadie lo entiende, pero el persiste. Alguna vez lo logrará. Es de la reserva.

Santaella, F. Presunto hijo oculto de Santaella, J.C., de quien debe haber heredado el rastacuerismo. Lo han aupado como estrella de las nuevas generaciones. Unas veces es escuálido, cuando está con escuálidos. Otras es revolucionario, cuando se reúne con bolivarianos. En nuestro grupo no le tenemos ninguna confianza, por ser de la misma calaña de Echeto, R. y Dabar, S. Vivos como ellos solos. Su único y peor libro publicado: Postales bajo el sol. Nadie sabe cómo un jurado pudo premiarlo.

Santaella, J.C. Padre del anterior. No sabemos en qué rincón se habrá escondido este ejemplar que después de haberse resteado por la prensa con la administración cultural del CONAC, sin pestañear se pasó al enemigo unos días antes del 11 de abril. Ensayista dicen los registros que es. Y en efecto es ensayista del oportunismo. También se ha dicho que es candidato a la Academia.

Santana, R. Ni hablar, el propio galán de la revolución. Teatrero y dramaturgo comprometido y metido en todo. Se dice que ha engendrado más de catorce hijos en distintas damas. Así se hace, poeta.

Sarraceni, G. Durante unos juegos entre profesores universitarios realizados en Maracaibo, esta desconocida poetisa de la USB demostró que es mucho mejor en atletismo que haciendo versos.


Sequera, A. J. Lo llaman el multiplicador de la literatura de Venezuela. Para orgullo de camaradas y compatriotas. Es de los que publica cada día un libro. Incansable. Participó de la lucha antiperezjimenista y desde estudiante de bachillerato en su Maracay natal ha sido un aguerrido combatiente con las palabras. Sólo que a veces no sabemos si es rojo o multicolor. Pero hacemos mutis en esa observación. Nadie sabe si es verdad que en la escuela de periodismo de la ucv dejaba que Yagué E. se copiara de él en los exámenes de los camaradas Herrera E. y H. Mujica . Misterio.

Sifontes G., L. Nada que ver con la literatura. Vive de un premito que ganó en los años ochentas y nada más se ha sabido de su paradero. ¿Dónde habita esta señora?


Silva de R., P. En blanco su expediente. Estudió con nosotros, pero logró empatarse con el decano. Le fue bien, claro, aunque nunca más publicó aquellos poemas rimados que fijaba en las carteleras de la escuela de letras.

Socorro, M. Socorro pide la gente cuando la obligan a leer algo de esta señora. Es de Santa Bárbara del Zulia. Bárbara como el pueblo donde nació.

Streponni, B. No es venezolana sino argentina de la región de las cataratas de iguazú. Alguna vez se nos vendió como poeta. Nada., Después como cuentista. Menos. Mejor le va como editora de libros de otros.

Sucre, G. Prototipo de los poetas adecos y ricachones de la cuarta. Jamás estudió formalmente y ha llegado a ser profesor de doctorados. Eso se llama ser inteligente o tener palancas políticas. Su único libro, La máscara la transparencia es un clásico entre los estudiantes de letras. De él dijo Saint Jones Perse: “Qué hombre poeta, qué hambre de poesía”.

Tenreiro, S. Sobrino del obispo Tenreiro. Apodado el poeta de Charallave, según artículo de C. Gauna, en El Nazi-onal. Desapareció del panorama nacional después de haber militado en la izquierda derechosa. Nadie sabe de su paradero.

Torres, A. ¿Dónde se habrá metido esta señora con aires de señorita. Nunca más supimos de su paradero. Mejor porque para poetisas malas, ella sola. Dicen que fue novia secreta Montejo, E.

Torres, A. T. Militante de la derecha venezolana. Novelista de las señoras ricas del Country Club y La Lagunita. Por ella suspiran las viejitas mientras juegan canasta por las tardes. Su mejor novela está aún inédita. Se titula Chávez de mis tormentos. Tiene su rosquita de mujeres oligarcas y escuálidas con las que se reúne a conspirar contra el camarada William Lara. Divorciada. Detesta al Ministerio de la Cultura, pero no se cansó de viajar a costa del CONAC de la cuarta. Se llegó a decir que entre ella y Balza, J. consumían la mitad del presupuesto anual de la Dirección de Literatura dirigida por el psicólogo Navarro, A.

Urdaneta, R. Lo llaman el buhonero de la literatura nacional porque vive regalando sus novelas y cuentos en cuanta reunión social logra filtrarse. No tiene remedio este escribano adeco. Nada que valga gastar más líneas en él.

Valderrey, J. ¿Qué te hiciste? ¿Qué te follaste? ¿Dónde pernoctara este poetica de segunda que ya ni suena?. Reapareció hace tres o cuatro años con los compatriotas de Mérida para que le publicaran un librito insignificante que hablaba de su propia pasantía por el mundo: Los días perdidos. Perdido ha andado siempre este sobrino del poeta colombiano Julio Flores.

Vale, A. De Trujillo city. No vale, mejor lo dejamos fuera.

Valera, G. Coño, camarada, carajo compatriota, mejor no hubiera escrito usted ese horrible libro de cuentos y nos evita tener que decirlo aquí.

Vásquez, M. Desapareció del mapa nacional esta “guerrera llevada adentro”. Era tan gorda que en la escuela de letras de la ucv le decían la elefanta ibérica. Fue digerida por la publicidad, área en la que aspiro hacer fortuna, pero los creativos no le pararon demasiado. No le dio la cabeza para tal propósito. Exesposa de Martínez, I. Mejor le hubiera ido como modelo de tiendas que vendan ropa para elefantes, pues su poesía es de las peores escritas en castellano. Desconocemos su paradero actual, no está en Venezuela. O se marchó a la Gran Sabana.

Vega, H. En preparación. Mejor no.

Vegas, F. Conocido como el niño Vegas, por su cara de yo no fui. De familia escuálida, escuálido él mismo. Director de la rosca de nuevos escritores de Venezuela. Escribió una novela con los apuntes de un tío segundo y ha sido acusado de plagio.

Verde, C. Ok. Fichada. La negra. ¿Con quién estás tu, compañera?

Villanueva, A. No había tenido El Nazi-onal peor columnista o calumnista, según se mire. Tampoco se ha conocido a nadie que escriba una novela peos que la suya titulada El móvil del delito. La incluyen entre los nuevos escritores nacionales, pero ya pasa fácil los cuarenta.

Villarino, C. Su apellido le viene de villorio pero se relaciona más con villano. Un mal cuentista a quien han empujado desde la roscas del niño Vegas, F.

Vivas, Z. No es escritora pero cree que lo es. No es pintora pero cree que lo es. Un corresponsal trae sobre ella una interesante noticia que aquí reproducimos. Es hija de un arquitecto oportunista de izquierda y de derecha, depende de quién este gobernando. Cuando la bautizaron, él delante del sacerdote le dijo, “como naciste brutita te dono el apellido para que de él “vivas” y coseches muchos “frutos”.

Yagué, E.. Se confiesa camarada, pero jamás antes militó en la izquierda. De estudiante en la ucv fue el más gris de su promoción. Dicen sus profesores que se copiaba de Sequera, A. J. Tiene dificultades de dicción y sufre dislexia permanente y sonrojamiento compulsivo. No habla como los demás, llora. Es lo que se llama un escritor de concursos amañados. Se ha valido de su profesión de periodista para llamar a los jurados y pedirles que lo premien, cosa que ha logrado en varias ocasiones. En realidad no lo queremos dentro de la revolución porque es bastante deshonesto y ambiguo. Se junta con el rastacueros de Echeto, R. y su esposa es una conocida militante de ese grupo de oportunistas del este de la ciudad que se hace llamar el “comando de la resistencia”

Yrady, B. Nos hemos cuidado de incluirlo, aunque nunca más haya escrito, porque es camaradísimo del CONAC, aunque en su juventud camaleoneó con el raticida Andrés Velásquez. Escribió Zona de Tolerancia, poco tolerante en nuestras reuniones, por cierto, pero querido por todos.

Zago, A. Excluirla de este recuento. ¿Qué carajo hace ella aquí?.

Zuniaga, F. ¿La otra isla?. No existe isla otra que no sea la sede de Acción Democrática, partido de la cuarta al que este neo-espartano dedicó su más activa militancia y a cuyas bandas armadas perteneció. Alguien lo bautizó como escritor y así ha pasado su nombre a engruesar la lista de escritores venezolanos. Nada más leer la novela, uno se da cuenta de cómo cualquiera puede llegar a ser escritor en este país. Sobre todo, si tiene críticos acción democratistas que lo empujen. Basta con ser amigo de esa otra eminencia grisácea y meticulosa que es Casanova, E. Vaya desperdicio.

Zupcic, S. Lo apodan el médico de los muertos porque en sus cuentos no se salva nadie. Así cualquiera, sufrido y echado. En Barcelona, donde vive, le dicen Delia Fiallo.